Como vi que mi relato titulado "Ni una palabra" llamó bastante la atención cuando lo subí, hoy voy a comentar como fue que surgió esa idea tan tétrica y enfermiza. Espero les agrade, pues me gusta mucho compartir con ustedes que es lo que se oculta tras mis escritos.
La chispa nació cuando mi querida correctora, Sussan Leiva, se propuso demostrarme que las letras de las canciones de la banda Sonata Arctica tienen un contenido muy interesante tras aquellos ritmos tan enérgicos, y comenzó traduciéndome un pequeño fragmento del tema que se titula: "Don't say a word", que en español sería : "Ni una palabra.
A continuación citaré fragmentos de la canción traducidos e interpretados por Sussan:
Contrario a la última vez que estuvimos aquí,
Tengo los medios y una sincera voluntad;
Tu cuchillo no está por aquí cerca...
Desafortunadamente para ti, eso me vuelve tu dios.
Esa parte me pareció tan curiosa, que empezó a despertar una chispita en mí, incentivándome a conocer el resto de la canción. Hasta que en uno de los tantos viajes cotidianos acá y allá, en los cuales compartíamos música, esta canción apareció en la lista y, embargado por la curiosidad, y porqué no mencionarlo, también del morbo, le pedí que me la tradujera completa.
La escuché muy atento. Las ideas volaban en mi cabeza trazando las primeras líneas de un posible relato que obedecía al estribillo que no paraba de repetirse en mi mente:
Mi madre siempre dice: "Hijo mío haz lo que es noble;
Debes terminar lo que empezaste, no importa qué".
Ahora siéntate, escucha y aprende:
No se trata de Cuánto vivas, si no de lo que tu moral diga;
No puedes mantener tu parte del trato.
Así que ni una palabra, ni una palabra.
Oh, mi cabeza era una tormenta. Deseaba crear algo a partir de esas estrofas, lo necesitaba, y no me daría por vencido tan fácilmente. Ya había escrito otros relatos oscuros: con pensamientos desquiciados, violentos y muy sangrientos; pero nada tan psicópata. ¿Qué pasaría por la mente del protagonista de esta canción? Me pregunté, y en base a esa pregunta traté de meterme en la cabeza de alguien retorcido, dispuesto a lo que fuese, esperando sembrar el mayor de los tormentos en su víctima.
Sin embargo, esta oscuridad obviamente tenía que tener un sentido. Nada de torturas justificadas con motivos tontos por simple placer, como lo suelen hacer en el cine.
Entonces encontré mi luz en una estrofa:
Abre tus ojos azules y di que me amas, Perra;
Hazme creerlo, oh, sé que estás mintiendo.
Rompiste los votos que creí que habías hecho, mi ángel, ¿por qué?
¿Podría hacer que te quedes esta noche?
¡Sí! ahí estaba la pieza que faltaba para crear el relato, justo al frente de mis ojos. Él la amaba, estaba loco por ella... Pero aún así cuando me senté a escribir no pude plasmar nada, y eso me frustró.
Hasta que una noche la pequeña chispa se convirtió en una hoguera, y esa hoguera en una pesadilla en la que yo era la mujer atada a poco de ser torturada. Sentía el frío metal de las cadenas en mis brazos y piernas, el sujeto paseándose de lado a lado por la habitación manteniendo una cara sonriente, conforme con lo que veía y con aquello que estaba a punto de cometer.
El terror se apoderó de mi cuerpo. Quería salir de allí y gritar, mas no podía, puesto que tenía la boca cubierta. El tacto del cuchillo en una de mis piernas, el dolor tras el corte, la sangre...
Y desperté. Volví a la realidad con la alarma que me decía que era tiempo de levantarse a trabajar. Esa mañana tuve los elementos para poder escribir ese relato que tanto anhelaba. Estaban en mi cabeza con tal claridad, que en dos días lo tuve terminado.
Hoy lo pueden disfrutar aquí, en la posada, en una de mis entradas anteriores.
Espero les haya sido de interés descubrir que se ocultaba tras este texto, ya que tengo muchos otros relatos inspirados en sueños o pesadillas. Más adelante hablaré con detalle sobre esta fuente de inspiración en otra entrada.
Por último, lo de siempre. Si les pareció interesante esta entrada no duden en comentar, me sirven muchísimo las palabras de ustedes para saber que otra clase de material les puedo ofrecer, fuera de mis relatos. Sin nada más que decir, me despido por ahora, muchas gracias por leerme.
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